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No es el primer caso en el que una empresa textil famosa es acusada de plagio en sus prendas. Pero tampoco es la primera vez que las victimas de plagio son pueblos indígenas cuyos diseños son manuales, artesanos, hechos a mano tras largas horas de trabajo y representan y caracterizan a una comunidad indígena.

El año pasado, la protagonista de ser acusada de plagio fue ISABEL MARANT, esta vez por un pueblo indígena de México. En la colección de la diseñadora, había una blusa idéntica a la del pueblo de Mixe. El pueblo indígena se quejó de la copia, pero sobre todo por el precio de la blusa, ya que como cabe esperar el precio de la blusa de la modista difiere considerablemente del que vendían los mexicanos.

Ahora ha sucedido algo parecido, las denuncias vinieron a través de las redes sociales como en el caso de ISABEL MARANT, pero la protagonista es la marca española Mango. Sin embargo, Mango no sólo plagió los bordados mexicanos de Hidalgo. En su última colección presenta diseños similares a los bordados textiles de estados como Puebla, Oaxaca y Chiapas.

Se puede ver que también por las redes sociales han sido tachados de copia y plagio los jerseys de la nueva colección de mango: 

El jersey de la discordia, que ya se ha encargado Mango, de retirarlo de su pagina web online, al menos vale 50 euros (a diferencia de los modelos de ISABEL MARANT) y por las imágenes, guarda aparente y sospechosa similitud con los estampados y reproducciones de las prendas de los Tenangos hidalguenses (El nombre de estas artesanías tiene su origen en el lugar donde se fabrican; es decir el municipio de Tenango de Doria que tiene una población de poco más de 18 mil habitantes ).


Otro de los casos parecidos, no solo es el de ISABEL MARANT, sino el de otra empresa española, INTROPIA que también fue acusada de copiar el diseño de un huipil chinanteco, que comercializó bajo la descripción de “bordado azteca”. Como en todo lo relativo a los derechos de autor y propiedad intelectual, el uso de los patrones y diseños artesanales está permitido siempre y cuando quien lo utilice no los acredite como propios y tenga autorización de su titular.

Por lo que parece, todavía no se ha iniciado ningún procedimiento judicial respecto al asunto, ya que lo único que se ha sabido es la retirada del jersey en la pagina online de Mango. Por otra parte, tampoco ha aparecido ninguna de las bordadoras que se haya reclamado la titularidad del diseño mexicano (tenerse en cuenta que hay mas de 30 comunidades que se dedican a este trabajo), por lo que aún es pronto predecir que pasará finalmente. Pero de lo que no hay duda es de que los diseños son practicamente iguales.

Aunque para determinar si hubo o no plagio, primero se debe efectuar una valoración jurídica, el estilo es visiblemente parecido.

Recordar que «…es jurisprudencia reiterada la de que declara que por plagio se ha de entender, en su acepción más simplista, todo aquello que supone copiar obras ajenas en lo sustancial, presentándose más bien como una actividad material mecanizada y muy poco intelectual y creativa, carente de toda originalidad y de concurrencia de genio o talento humano. Aunque manifieste cierto ingenio, se da en las situaciones de identidad y en aquellas otras que, aunque encubiertas, descubren similitud con la creación original, produciendo un estado de apropiación y aprovechamiento de la labor creativa y esfuerzo ideario o intelectivo ajeno. No procede confusión con todo aquello que es común, integra el acervo cultural generalizado o está anticipado y al alcance de todos, ya que si faltan la creatividad y la originalidad, mal se pueden infringir los artículos 1 y 10 de la Ley, de ahí que el concepto de plagio haya de referirse a las coincidencias estructurales básicas y fundamentales y no a las accesorias, añadidas, superpuestas o modificaciones no transcendentales (SS. del TS. de 28-1-95, 17-10-97, 23-3-99 y 23-10-01, entre otras».

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